Este pasado sábado tuvimos la ocasión de
llevar nuestro programa de entrenamiento adaptado a un grupo de personas con discapacidad visual total en colaboración con la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles).
El programa que impartimos fue una iniciación al trabajo de compensación
sensitiva y reconocimiento táctil que trabajamos en las clases, dejando el lado
técnico un poco apartado más como breve complemento (técnicas específicas de
artes marciales) y nos centramos exclusivamente en el trabajo corporal y en la
mecánica de conceptos que son la base fundamental para el desarrollo técnico
que se puede adquirir con la práctica de cualquier arte marcial.
Así nuestro trabajo se baso fundamentalmente
en hacer comprender al alumno la importancia de una buena guardia, controlar el espacio donde estamos, el saber
dónde está el agresor mediante el tacto y la importancia de adquirir un enfoque
coherente durante el entrenamiento según las necesidades de cada colectivo, en
este caso el poseer una discapacidad visual total.
Especial importancia tuvo el trabajo de
reconocimiento táctil y de utilizar el tacto como “visión” compensatoria para
saber en todo momento la posición del cuerpo del agresor y poder realizar desde
luxaciones, proyecciones a incluso golpear, caso este que fue el que más impresiono
a estas personas, el poderles mostrar que con un entrenamiento bien enfocado y específico no necesitamos la visión para golpear al oponente, e
incluso para defendernos de posibles golpes.
Como nos suele ocurrir cuando realizamos un
curso, la gente se mostró sorprendida de nuestro enfoque tan diferente e
innovador, y de lo divertido que resulta la práctica de nuestros ejercicios de
entrenamiento tan alejados de la práctica generalizada cuando se entrena una
actividad de artes marciales, es por
ello que resulta imprescindible recalcar siempre que no somos un nuevo arte
marcial, ni un nuevo sistema de defensa personal, sino un programa de
entrenamiento para estas disciplinas, donde lo realmente importante, siempre es
el alumno, y cambiando la idea de maestro por la de un entrenador-coach, mucho
más cercano y centrado en la evolución individual del alumno que en seguir
otras premisas marcadas por la tradición o escuela.