Google-Translate-Chinese Google-Translate-Spanish to French Google-Translate-Spanish to German Google-Translate-Spanish to Japanese Google-Translate-Spanish to English Google-Translate-Spanish to Russian Google-Translate-Spanish to Portuguese Google-Translate-Spanish to Italian

lunes, 22 de noviembre de 2010

¿Qué entendemos como Concepto?

En nuestro programa la mayor importancia radica en el conocimiento y aplicación de los conceptos aplicados al combate. Según la R.A.E. la definición de concepto es “la idea que concibe o forma el entendimiento”, es decir, el concepto es la base teórica sobre la que se sustentan las técnicas a desarrollar, y por ende, el conocimiento de las respuestas físicas y la comprensión del movimiento en referencia a las distintas respuestas psicomotrices que se dan en el campo de la defensa personal.

Hacer hincapié en este aspecto de nuestra forma de entender tanto la defensa personal como las artes marciales es una apuesta por el desarrollo personal del alumno y por su crecimiento, no solo físico, sino intelectual. Entendemos que de nada sirve desarrollar uno sin lo otro, sin la comprensión científica del movimiento, éste queda relegado a un simple ejercicio de repetición que podrá ser olvidado con la falta de práctica, sin embargo cuando adquirimos el conocimiento del “¿por qué?”, ese conocimiento queda almacenado en nuestra memoria.

Todo sistema u arte parte de un concepto elaborado a partir de una necesidad concreta, es la idea base la que genera la parte práctica o técnica de cualquier sistema.

Los conceptos no son excluyentes, son ideas concretas para situaciones concretas, por lo que son totalmente compatibles, son las personas las que convierten los conceptos en dogmas aunque esto vaya en contra del sentido común.

Un ejemplo de esto lo encontramos en cualquier arte marcial que parte de la idea base de un individuo de realizar una serie de movimientos pensados exclusivamente para él mismo y su mecánica corporal, con el tiempo enseña “su” sistema y se convierte en el sistema de otros, que no llegan a comprender por qué si su sistema es el mejor hay tantos otros que proclaman lo mismo, de igual forma que en las religiones los sistemas nacen de las necesidades de ciertas personas, y como cada persona es diferente los conceptos que forman ciertos sistemas también lo son. Para encontrar nuestro propio sistema hay que partir de los conceptos, como en filosofía, se estudian otras ideas para luego construir la nuestra propia, que puede tener semejanza a las estudiadas o ser totalmente diferente, ya que pese a tener puntos en común de igual forma también poseemos diferencias notables. Tan solo de la acumulación, estudio, autoconocimiento, desprendimiento y libertad podemos conseguir crear una hipótesis propia y que en parte, y solo en parte, pueda ser extrapolable a otras personas.

Un concepto para ser considerado como tal debe partir del método científico, y tener una base fundamentada en el conocimiento de la mecánica corporal y la anatomía así como de las respuestas psicofísicas a determinados estímulos externos. Por lo tanto un concepto no es algo místico, sino tangible y demostrable tanto en su teoría como en su práctica.

El último estadio del concepto es la aplicación, todo concepto relacionado con la práctica de artes marciales o defensa personal debe ser aplicable a la realidad y por cualquier persona en las circunstancias que dicho concepto exponga.

Ejemplos; concepto de línea central, piramidal, palanca, bajada de guardia, finta, etc.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Defensa Personal Integral

Nuestro programa de defensa personal integral tiene en cuenta diversos factores de estudio relacionados entre sí, siendo igual de importantes todos ellos.

En un conflicto real donde está en juego nuestra integridad física, la de nuestros bienes o la de otra persona existen diversos “niveles” siendo el físico el último de ellos. Desde la visualización de un posible conflicto o situación violenta, pasando por el contacto verbal y el estudio de las expresiones corporales que avisan de una situación inminente de agresión, a la negociación o a la estrategia mental para salir de dicha situación hasta el conflicto físico propiamente dicho.

En la mayoría de los casos prácticos la situación puede ser solventada con cierto sentido común o conociendo las posibles salidas para eludir un conflicto, teniendo en cuenta que tratamos la defensa personal justo por lo que es, “defensa”, es decir, salir de una situación violenta sin daños físicos y a ser posible sin daños morales.

Cuando el conflicto es físico existen dos tipos de niveles a los que denominamos “combate abierto” y “combate cerrado”.

El combate cerrado es la denominación que damos a situaciones “cerradas” de defensa personal, esto es, aquellas situaciones en las que el agresor ha utilizado la fuerza física como intimidación, por ejemplo nos agarra, sujeta, etc.



Denominamos combate abierto a las situaciones en las que, existiendo una distancia entre el agresor y el defensor, la agresión física es inminente, pudiendo adoptar medidas de “guardia” ante dicha agresión o incluso salir corriendo.


La defensa personal y la diversidad.

Cuando hablamos de defensa personal y diversidad hemos de tener en cuenta factores tales como el sexo, la edad, etc. Una técnica puede funcionar muy bien en un determinado grupo pero fallar en otro, por lo que no se trata de modificaciones sino de diferentes enfoques y técnicas elaborado tras estudiar lo que funciona en cada grupo.

En el caso de la mujer, la cual tiene un abanico de posibles agresiones más amplio que el hombre (acoso sexual por ejemplo) el tema de la defensa personal debe ser totalmente enfocado a ella, no es válido en este caso enseñarle las mismas estrategias a seguir que en el caso masculino modificándolas, sino partir desde cero enfocando el entrenamiento en sus propias particularidades como género, no adaptando “un estilo” sino “creándolo”. Un problema existente en la defensa personal femenina que aun se enseña hoy día es intentar enseñar este o el otro estilo “modificado para” mujeres, no teniendo en cuenta los factores propios de cada una.


La defensa personal nuca debe ser enfocada como una “disciplina” sino como una estrategia abierta a evolución, cambio y crecimiento, las agresiones no entienden de tradición ni existe técnicas milenarias de agresores, los tipos de agresiones, intimidaciones y diversos peligros para nuestra integridad cambian constantemente, de igual forma la manera de enfocar la defensa personal debe evolucionar y adaptarse tanto al tiempo en el que se vive como al entorno.

Especial referencia toma esta idea o concepto en determinados grupos que puedan estar sujetos a otros tipos de agresiones, caso de acoso escolar o laboral, donde se debe tener en cuenta que la defensa personal debe ser casi en su totalidad enfocada a la mente, fortaleciendo el nivel emocional del sujeto y otorgándole la suficiente capacidad mental y seguridad en sí mismo para solventar dichas agresiones o denunciarlas.

Por ello cualquier actividad relacionada con esta práctica debe ser algo más que un compendio de técnicas más menos o elaboradas y centrarse en el sujeto tanto como en los diferentes tipos de posibles agresiones físicas, verbales o emocionales.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Enfoque

Entender correctamente el enfoque de nuestro programa de entrenamiento es desvincularse por completo de la idea preconcebida que se tiene de las artes marciales; como sistema estricto bajo una serie de dogmas y leyes. Aunque si es cierto que la base fundamental de nuestro programa de entrenamiento bebe directamente de la adaptabilidad de ejercicios de Jeet Kune Do – Kali – Wing Chun, solo es en apariencia, en la segunda clase ya se toma conciencia de que el entrenamiento que seguimos no parte de ningún “sistema” sino que tiene vida propia y que por ende no es “otro” sistema ecléctico, llegando a la conclusión de que más que una forma de entrenar artes marciales es una forma de descubrir nuestro potencial en ellas.
De la misma forma, intentamos ver el movimiento como algo inherente a nuestra condición humana, no creemos que haya una forma japonesa o china de moverse, entendemos que el movimiento es universal, no importa de dónde provenga uno u otro movimiento, todos poseen la misma base mecánica, el cuerpo humano y la capacidad de éste de expresarse.
Nuestro enfoque trata más de disfrutar del conocimiento que de infravalorarlo según ideas preconcebidas, por ello diferenciamos claramente nuestras tres perspectivas de entrenamiento que aunque estén delimitadas por el fin, forman parte del mismo concepto, ser uno mismo a través del movimiento marcial.
No existe conflicto cuando el alumno comprende que las artes marciales poseen un abanico de facetas muy amplio y son ellos los que deben aprender a diferenciar dichas facetas, no sacrificamos la belleza del movimiento por la eficacia de éste, ni sacrificamos la eficacia por la belleza, cada movimiento tiene su momento, su sitio, y sobre todo su sentido. De la misma forma que las herramientas, aprender la función de estas es esencial durante los entrenamientos. Belleza, deporte, diversión y eficacia no deben ser exclusivas en ningún momento, enfocar toda nuestra atención en una faceta y olvidarnos de las otras es perder la perspectiva de lo que son las artes marciales, y en consecuencia, de lo que significa autoexpresarse o ser uno mismo. Nadie está enfadado siempre o extasiado a no ser que sufra de algún tipo de trastorno. La vida está llena de situaciones diferentes, el carácter de una persona es variable, de la misma forma el movimiento forma parte de nosotros y nos identifica, no nos limitamos, evolucionamos.
La belleza, la eficacia, la diversión, el deporte, son palabras que limitan, cuando las palabras dejan de ser palabras y se transforman en conceptos dejan de tener límites y se transforman en herramientas útiles para construir sin límite alguno.