Google-Translate-Chinese Google-Translate-Spanish to French Google-Translate-Spanish to German Google-Translate-Spanish to Japanese Google-Translate-Spanish to English Google-Translate-Spanish to Russian Google-Translate-Spanish to Portuguese Google-Translate-Spanish to Italian
Mostrando entradas con la etiqueta Nuestro Enfoque. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nuestro Enfoque. Mostrar todas las entradas

lunes, 26 de septiembre de 2016

Ejercicios SAM vs. repetición técnica; el trabajo de drills.

La función de una repetición técnica es la de asimilar una serie de movimientos que deben ser ejecutados en orden para su eficacia plena dependiendo en gran medida del comportamiento del oponente, por cada acción de éste se trabaja una técnica en serie, por lo cual se deben de memorizar multitud de movimientos que deben ser ejecutados en orden.

Los ejercicios o drills son una serie de movimientos consecutivos entre los dos oponentes que buscan desarrollar una serie de atributos psicomotrices haciendo hincapié en la naturalidad.

Los ejercicios de base técnica buscan aplicar la mecánica corporal de una técnica raíz sin importar la situación o la respuesta del oponente enfocando la capacidad de improvisación por encima de los movimientos en serie, una misma técnica debe resultar eficaz sin importar las diferentes respuestas, por ello se simplifica la ejecución de forma natural y realista, de tal manera que el aprendizaje sea sobre todo rápido e intuitivo.

Las técnicas en serie suelen tener nombres para ser recordadas y estructuradas en diferentes bloques, los ejercicios de base técnica son nombrados por la mecánica corporal que desarrollan o se denominan de forma coherente al idioma de cada uno.

Las técnicas son elaboradas y deben de seguir una serie de parámetros como posición corporal, ejecución correcta en un orden establecido y diversas particularidades de cada una.

Los ejercicios se basan en desarrollar el conjunto minimizando el tiempo necesario para su aprendizaje, las particularidades se dejan de lado buscando sobre todo la eficacia del aprendizaje por encima de la ejecución impecable.

* El fallo del aprendizaje técnico radica en no darle crédito alguno al oponente.
* El punto fuerte de los ejercicios es trabajar pensando en la supremacía técnica y física del oponente.
* El aprendizaje técnico se basa en ganar al oponente.
* Los ejercicios están destinados a sobrevivir al oponente.

Vemos combates a diario entre neófitos, entre mismos estilos o entre estilos diferentes y la similitud entre ellos en cuanto a mecánica corporal es abrumadora, si al final el mayor porcentaje de combates se basan en lo mismo, deberíamos entrenar más nuestras cualidades propias no repeticiones técnicas imposibles de ejecutar ante un oponente agresivo.
El trabajo de ejercicios no es excluyente, no se declara superior a estilos o escuelas, tan solo son una forma diferente de entrenar atributos que se suelen dejar de lado en el entrenamiento tradicional, el ego de los estilos puristas impide la evolución o mejoría del estilo en sí, encerrándose en la supuesta eficacia de personas de ese estilo y no queriendo ver la falta de eficacia de otros practicantes de la misma escuela, valorando el conocimiento por encima de la persona que lo ejecuta, que es donde radica la eficacia real. Ambas formas de entrenar son complementarias, desgraciadamente los radicalismos que buscan otro tipo de beneficios más allá del alumno tienden a excluir una forma u otra, en vez de asimilar ambas.

Los ejercicios no son técnicas, verlos como técnica demuestra una completa ignorancia sobre su cometido real, ejercitar atributos psicomotrices.

Las técnicas deben ser memorizadas e interiorizadas a través de muchísimas repeticiones, obligando a nuestra mecánica corporal a amoldarse a ella, los ejercicios pueden ser interiorizados en pocos minutos y mejorando según el tiempo de dedicación, no se trabajan de forma mental sino sensitiva, a través de la percepción visual, táctil, etc inclinándose más la enseñanza hacia regiones más profundas del cerebro donde se interiorizan las respuestas intuitivas y se desarrolla la capacidad de improvisación.


Las técnicas en serie  solo enseñan movimientos más o menos eficaces, en los ejercicios de base técnica se busca un acercamiento real a las condiciones químicas que sufre el cuerpo ante una confrontación real, es decir se trata de, en diferentes medidas, elevar la adrenalina y ser capaces de seguir trabajando bajo presión, sin que la parte más racional entorpezca las ejecuciones debido al estado mental en el que nos adentramos en una confrontación real.

Los ejercicios o drills no son exclusivos de un sistema u otro, incluso no tienen porque ser exclusivamente marciales, ya que existen multitud de drills de otras actividades que pueden hacernos mejorar nuestros atributos marciales, dentro de cualquier estilo o escuela se pueden crear o amoldar diferentes ejercicios que busquen los parámetros antes descritos. 
Existen multitud de estilos marciales que poseen drills o conjuntos de ejercicios propios aunque a veces no se les aplique la importancia que tienen; Kali, Wing Chung, Choy Lee Foot, Capoeira, Judo y un largo etc.


Es la amplitud de metodologías, el conjunto de conocimientos y sobre todo la evolución práctica lo que determina las posibilidades reales de nuestra supervivencia, no tengas miedo a experimentar nuevas metodologías, nuevos estilos, nuevas formas, ten solo miedo a que a la hora de la verdad lo que hayas aprendido no haya sido suficiente.

Nullis in verba.

miércoles, 17 de febrero de 2016

El error común.

El mayor poder es el de realizar preguntas, las respuestas pueden ser variables, cambiantes, buscar fines diferentes, la pregunta sin embargo es lo único inmutable y duradero, en cierta forma hay mas verdad en la pregunta que en cualquier respuesta que nos den. Por ello es más necesario una pregunta sincera que una respuesta satisfactoria. El error común nace como antítesis a cualquier pregunta, negando lo que hace que una generación vaya más allá que la anterior; la duda.

Cuando este error se afianza en el ego de cualquier sistema, transforma al alumno en un discípulo de un dogma sagrado; la infalibidad del sistema, para ello se basa en una metodología cerrada donde respuestas y preguntas se han creado a la vez dentro de un esquema cerrado, sin fisuras que dejen lugar a dudas y sin opción a la realidad que no puede ser esquematizada por su total imprevisibilidad.

El sistema de enseñanza del error común siempre sigue el mismo esquema, unifica donde hay diversificación y estructura donde no hay estructura, busca dar una visión única que carece de sentido cuando descubrimos la cantidad de visiones que existen.

El error común huye de la propia experimentación, teme la libertad y busca anclajes seguros, da prioridad a las herramientas no por su utilidad sino por su apariencia, todo aquello ajeno al sistema estructurado no es válido y le resta personalidad al sistema, no se busca en ningún momento el desarrollo personal del individuo sino es dentro de dicho esquema, sin dar pie a expresiones genuinas. No crea el arte como método de autoexpresión, sino como religión que se autoalimenta con cada nuevo alumno, la finalidad no consiste en hacer crecer al alumno a través del sistema sino al sistema a través del alumno.

No permite caminos alternativos ni da pie a la duda razonable, para ello hace uso de líderes o ídolos carismáticos, busca vestirse de conceptos subjetivos como tradición o eficacia, y si es necesario, elimina la duda del alumno haciendo uso de la fuerza; donde nace la duda el sistema responde con una técnica agresiva como respuesta demostrando su validez y golpea, en vez de solventar, cualquier duda.


Este error tiende a olvidar el aspecto humano, olvida la faceta más animal del ser humano, aquella donde todo está permitido por el instinto de supervivencia, de la misma forma no se plantea la entropía que rige un combate real donde la cantidad de elementos que entran en juego sobrepasa a cualquier sistema. El error común no tiene época, porque no está sujeto a tradición ni modas, forma parte del elemento humano que hay tras cualquier sistema, donde se da prioridad a la palabra del fundador  por encima del sentido común.

Cuando se compara cualquier sistema dogmático, es decir basado en ideas subjetivas que forman una ley, no hay diferencias entre conjuntos diferentes, ya sea religión, artes marciales u otros tipos de sistemas, siempre primará por encima del bien individual los intereses del sistema en cuanto a perpetuarse o expandirse.

Solo hay una forma de huir del error común; cometer errores.

Cometamos algunos en forma de preguntas, utilicemos el pensamiento crítico como herramienta de aprendizaje en nuestro sistema refutando el mismo, podemos para ello plantearnos dudas razonables como si el sistema que sigo me enseña a defenderme de un ataque que no puedo prever,  estoy aprendiendo realmente a defenderme de ataques de otros sistemas (para ello debería de conocer otros sistemas, al menos de forma básica), estoy preparado para que mi defensa sea neutralizada o da mi sistema por sentado que ésta es 100% segura, me enseña a estar física y psicológicamente preparado para una derrota o ni se cuestiona esta posibilidad, establece pautas de compensación psicomotriz; es decir me prepara para seguir defendiéndome o luchando si sufro un percance importante, cuando un agresor me ataque se comportara como mi compañero de entrenamiento o imposibilitara en gran medida mi ejecución técnica y si es así porque repetir tantas veces dicha técnica en vez de entrenar más a improvisar, y así podríamos seguir cuestionando nuestro aprendizaje.

Cuando llega el momento de poner a prueba lo aprendido debemos recordar que ese suceso solo nos concierne a nosotros, que seremos los que salgamos victoriosos o vencidos, que haremos daño o saldremos heridos... o peor. El sistema es un ser abstracto, como idea puede ser intocable, nosotros sin embargo seguimos siendo de carne y hueso.

Los grandes "maestros" no fueron grandes por lo que podían hacer, sino por ir un paso más allá que sus ancestros, cada gran maestro que hoy veneramos no hizo otra cosa sino crear nuevos conceptos no seguir  otras ideas ciegamente, carece de sentido filosófico tomar sus ideas como un nuevo patrón a seguir.   
Duda, investiga, explora nuevos horizontes y nunca des nada por sentado, no busques seguir el camino de otro, crea el tuyo propio.
                                                                                                    "Nullis in verba"

lunes, 16 de junio de 2014

Defensa Personal para Discapacitados Visuales

El próximo 21 de junio nuestro Programa ofrecerá un seminario de introducción al entrenamiento y defensa personal para discapacitados visuales en colaboración con la ONCE dentro de las actividades del 1º Congreso de Medicina Integrada de el Puerto de Santa María.
En este seminario se mostrarán diferentes ejercicios adaptados a este colectivo para que no solo aprendan diversas técnicas de defensa ante posibles agresiones, sino que dentro de nuestra programación sobre compensación sensitiva, se les ofrecerá la oportunidad de trabajar ejercicios que buscan aumentar el rendimiento de otros sentidos como el oído y el tacto y se les dará a conocer el trabajo de entrenamiento que impartimos basado en los atributos psicomotrices y en el conocimiento de la mecánica corporal.


lunes, 25 de junio de 2012

Más allá de la práctica marcial.

Hoy día parece haber cierta diferenciación generalizada sobre la práctica de artes marciales y otras artes o sistemas enfocados al movimiento como pueden ser ciertas prácticas deportivas no enfocadas a la competición y la danza en términos generales. Pero esta idea parece más favorecer a la desunión de éstas por motivos dispares que a la realidad que encierra lo común que poseen las diferentes disciplinas en las que el movimiento corporal es parte intrínseca de ellas.
Si el movimiento es movimiento, no debería de existir a priori una diferenciación sobre éste o una forma exclusiva y excluyente de moverse. El ser humano tiene una capacidad innata para el movimiento, un movimiento vivo y expresivo, dinámico y libre. No se trata de una técnica sino de una parte inherente al ser. ¿Por qué entonces limitarlo?
De ahí parte nuestra idea, nuestro programa y en consecuencia nuestra forma de enfocar lo que hacemos. Más allá de la práctica marcial, entendemos que ésta es una actividad dinámica y en movimiento, por ello no censuramos el movimiento y hacemos de él la base esencial desde donde parte el alumno. Danza, artes marciales, expresión corporal, teatro, deporte… todo está destinado a crear en el alumnado una base de conocimiento destinada a su crecimiento personal y a fomentar su autoexpresión, a convertir no lo que enseñamos, sino lo que va aprendiendo, en una forma de arte, donde expresarse a si mismo sea la consecuente finalidad de sus entrenamientos.
Luego llegará el enfoque, la finalidad del proceso, siempre guiada por él mismo, porque él decide lo que quiere. Una vez que conoce el movimiento, el potencial, el alumno comprende en perspectiva lo que como individuo realmente busca. Por eso, inevitablemente nuestro programa trata de no marcarse unas pautas de arte o sistema marcial, aunque englobándolo no nos limitamos a la práctica marcial, vivimos el movimiento como lo que es, vivo y en constante cambio. No nace este programa con la intención de ser “otro sistema” sino de descubrir el propio sistema, de disfrutar del autoaprendizaje, es por ello por lo que se anima tanto al alumnado a otras prácticas deportivas o marciales. Vemos el aprendizaje como un camino único y exclusivo de cada persona, nosotros le damos la base suficiente para poder guiarse por sí mismos; entrenar solo por diversión, por expresión, por defensa personal, por mejorar su rendimiento, por mantenimiento físico o por realizar una actividad deportiva, siendo éste solo el punto de partida coherente y lógico para comenzar su propio camino.
Es esa libertad la que nos lleva a poder ofrecer nuestro programa de entrenamiento de forma multidisciplinar; a artistas marciales, a gente que desea una aproximación a estas o una especialización en determinados campos, actores de teatro o bailarines que deseen mejorar su expresividad corporal, personas con ciertos problemas físicos que puedan beneficiarse de una práctica deportiva enfocada al movimiento, gente interesada en la autoexpresión y en el carácter lúdico de ésta, etc.
Es por ello necesario aclarar estos puntos a las personas que van llegando a practicar con nosotros nuestra metodología, ya que no hallarán en ella un “arte marcial” al uso, sino una herramienta para su desarrollo, no se entablarán polémicas sobre cual arte o sistema es mejor, sino se le enseñará a descubrir que cosas se les dan mejor a ellos como individuos. Y sobre todo a descubrir que aprender es un camino demasiado hermoso como para limitarse a los conocimientos de un solo individuo, sistema o programa de entrenamiento.

lunes, 28 de mayo de 2012

Lesiones, problemas físicos, discapacidades y artes marciales.


Tener un programa de entrenamiento que se base en el individuo, haciendo de él y de su superación personal tanto física como psicológicamente se hace realidad con nuestro programa;  conceptos tan empleados en la educación moderna como  las  adaptaciones curriculares y la diversificación son parte íntegra y base fundamental de nuestra forma de mostrar (“enseñar”) las artes marciales al alumnado. Al tratarse de una programación moderna enfocada en servir de guía al alumno para que éste descubra el  funcionamiento de su propio cuerpo y los conceptos físicos que le acompañan,  no convierte al alumno en un ser estático donde grabar movimientos preestablecidos, sino en la naturaleza totalmente libre, natural e innata de su propio potencial físico.  Aunque el programa también está pensado para niños, es el adulto el que sin duda le sacará mucho más partido a éste, dado que posee más ideas preconcebidas de las que deshacerse y sobre todo muchos más problemas a los que enfrentarse con el entrenamiento; desde problemas de soltura física natural o rigidez, hasta limitaciones más físicas como pueden ser antiguas lesiones que le imposibilitan ciertas prácticas o incluso discapacidades físicas que le lleva a pensar que no pueden entrenar artes marciales.
La capacidad de nuestro programa reside quizás en ese enfoque propio, personal e íntimo en el cual el alumno no es un “alumno” sino una persona interesada en descubrir un mundo nuevo mediante la práctica deportiva de un programa de entrenamiento basado en las artes marciales, algo fácil de asimilar que no le lleve a tener que memorizar vocablos de otros idiomas o complejos movimientos pensados para la juventud o para deportistas asiduos.
No se trata de “inventar un sistema”, a estas alturas está todo inventado, sino de descubrir o mejor dicho redescubrir  nuestro potencial tanto físico como mental, de ver que incluso del movimiento más sencillo, utilizando la lógica y la creatividad podemos  expresar algo nuevo para nosotros mismos.
Muchas personas creen que cuando se habla de potencial físico en las artes marciales hablamos de dar volteretas o lanzar patadas altas, pero eso es como decir que solo se puede hablar en prosa poética y que solo utilizando palabras rebuscadas en la R.A.E.  podemos decir algo hermoso o ser entendidos por los demás.
Las limitaciones son inequívocamente límites que tenemos, y aunque muchos de ellos pueden ser sobrepasados hay otros que no.  Sin embargo los límites a veces nublan algo más importante que todos poseemos, y que es el potencial. Todos tenemos potencial que explotar, no nos engañemos, TODOS,  que los límites no os cieguen nunca.  Hay un mundo que descubrir sobre lo que podemos  hacer, un libro abierto esperando que nosotros lo escribamos.  Vernos a nosotros mismos como algo más que un cuerpo nos ayudara a ello, no olvidemos que nuestra mente, que nuestra capacidad de buscar respuestas y de hacer preguntas es lo que realmente nos define.  

lunes, 14 de marzo de 2011

La necesidad de entrenar la mente.

Todos hemos oído hablar alguna vez, como si fuera una leyenda urbana, de un practicante de artes marciales que se ha quedado en blanco ante una situación de carácter violento. Esto no sucede porque el arte marcial (sea cual sea) carezca de “eficacia”, es un error muy común caer en la tentación de hablar mal de “este” o “aquel” sistema por cierto error de enfoque en el individuo, un error que una gran mayoría de “maestros” se empeñan en transmitir continuamente siempre a favor suyo.
Para entender el problema de “quedarse en blanco” tenemos primero que ver muchos factores que dependiendo del practicante y sobre todo del enfoque del entrenamiento son los responsables directos de este “error” (que no lo es tanto cuando vemos que es una reacción completamente normal ante una situación no esperada).
La mayoría de los entrenamientos en artes marciales están hoy día basados en rutinas y en un esquema obsoleto, ver al practicante como un vaso en el cual verter el conocimiento, y tener fe en que el conocimiento que volquemos sobre él será suficiente para salir airoso de una situación violenta.
El estudiante en ningún caso es un recipiente vacio, es un ser vivo con una historia detrás, con sus propios principios, moral y reacciones personales tan arraigadas en su personalidad que intentar cambiarlos no solo resulta un trabajo de años y años de terapia sino una forma antinatural de enfocar cualquier aprendizaje, anular al estudiante para que actúe de una forma contraria a su propio y genuino carácter es caer en una espiral que solo causará más conflictos a éste. Si bien es cierto que los instructores tenemos el deber moral (aunque pocos compartan dicho deber) de hacer ver al alumno la responsabilidad que trae consigo la práctica de artes marciales es necesario que esto, junto a cualquier opinión personal del instructor, se convierta en un consejo nunca en una directriz.
Cualquier practicante de artes marciales sabe que el primer paso para salir de una situación violenta es siempre el sentido común, todo lo demás viene después, si durante cualquier entrenamiento no le damos la importancia necesaria a este hecho estamos enseñando técnicas de agresión no de defensa.
Así mismo es responsabilidad del estudiante investigar que artes o deporte marcial está más en sintonía con su propia personalidad, y tener la suficiente voluntad como para saber quién es él, antes, durante y tras los entrenamientos. La práctica no nos hace más eficaces, nos enseñan estrategias que deberemos poner en práctica por nosotros mismos, no funcionan solas, en el momento de la verdad siempre estaremos solos.
Debemos saber en todo momento la verdad sobre cualquier situación violenta, esto quiere decir, la violencia no tiene nada de hermoso ( a no ser para los que tengan algún problema mental), cualquier situación que llegue a un enfrentamiento físico es dolorosa, sangrienta y siempre traerá repercusiones a nuestra persona, solo desvistiendo la práctica a lo que realmente es (cualquier actividad enfocada a la defensa personal es meramente supervivencia) podemos saber si tenemos lo que hay que tener para cuando llegue el momento de actuar, y si descubrimos que no lo tenemos actuar en consecuencia, fortaleciendo esa parte de nosotros con algo más que el entrenamiento marcial, en el que, por muy realista que sean los entrenamientos, la persona que nos agrede siempre será nuestro compañero.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Enfoque

Entender correctamente el enfoque de nuestro programa de entrenamiento es desvincularse por completo de la idea preconcebida que se tiene de las artes marciales; como sistema estricto bajo una serie de dogmas y leyes. Aunque si es cierto que la base fundamental de nuestro programa de entrenamiento bebe directamente de la adaptabilidad de ejercicios de Jeet Kune Do – Kali – Wing Chun, solo es en apariencia, en la segunda clase ya se toma conciencia de que el entrenamiento que seguimos no parte de ningún “sistema” sino que tiene vida propia y que por ende no es “otro” sistema ecléctico, llegando a la conclusión de que más que una forma de entrenar artes marciales es una forma de descubrir nuestro potencial en ellas.
De la misma forma, intentamos ver el movimiento como algo inherente a nuestra condición humana, no creemos que haya una forma japonesa o china de moverse, entendemos que el movimiento es universal, no importa de dónde provenga uno u otro movimiento, todos poseen la misma base mecánica, el cuerpo humano y la capacidad de éste de expresarse.
Nuestro enfoque trata más de disfrutar del conocimiento que de infravalorarlo según ideas preconcebidas, por ello diferenciamos claramente nuestras tres perspectivas de entrenamiento que aunque estén delimitadas por el fin, forman parte del mismo concepto, ser uno mismo a través del movimiento marcial.
No existe conflicto cuando el alumno comprende que las artes marciales poseen un abanico de facetas muy amplio y son ellos los que deben aprender a diferenciar dichas facetas, no sacrificamos la belleza del movimiento por la eficacia de éste, ni sacrificamos la eficacia por la belleza, cada movimiento tiene su momento, su sitio, y sobre todo su sentido. De la misma forma que las herramientas, aprender la función de estas es esencial durante los entrenamientos. Belleza, deporte, diversión y eficacia no deben ser exclusivas en ningún momento, enfocar toda nuestra atención en una faceta y olvidarnos de las otras es perder la perspectiva de lo que son las artes marciales, y en consecuencia, de lo que significa autoexpresarse o ser uno mismo. Nadie está enfadado siempre o extasiado a no ser que sufra de algún tipo de trastorno. La vida está llena de situaciones diferentes, el carácter de una persona es variable, de la misma forma el movimiento forma parte de nosotros y nos identifica, no nos limitamos, evolucionamos.
La belleza, la eficacia, la diversión, el deporte, son palabras que limitan, cuando las palabras dejan de ser palabras y se transforman en conceptos dejan de tener límites y se transforman en herramientas útiles para construir sin límite alguno.