Es decir, el acto voluntario de atacar requiere de una dinámica muy simple, nuestro cerebro manda una orden y nuestro cuerpo la cumple de forma directa.
La reacción requiere de la elaboración de una estrategia frente a ese ataque antes de realizar cualquier movimiento físico.
La reacción o técnica defensiva siempre será mas compleja que la técnica ofensiva.
Por ello un deporte de combate es mas rápido de "aprender" por su mecánica basada en la acción directa que un arte marcial o un sistema de defensa personal que requiere de una mecánica más compleja y elaborada. El dicho de la mejor defensa es un buen ataque tiene su fundamento en este hecho.1.-Cualquier técnica realizada como patrón a un ataque no es válida en situaciones reales.
2.-Cualquier técnica demasiado elaborada no es válida en situaciones reales.
3.-Los puntos anteriores no se refieren a la estrategia en sí, sino a la mecánica corporal de éstas.
¿Qué es una técnica de patrón?
Nos referimos de esta forma a las técnicas que el alumno debe memorizar y ejecutar durante su aprendizaje siguiendo un esquema definido, como por ejemplo; ante un ataque de puño se realiza una defensa alta con desplazamiento, golpeamos con puño o pierna y ejecutamos una luxación de muñeca controlando al adversario en el suelo, o similares.
¿Qué es una técnica demasiado elaborada?
Toda técnica que necesite de un proceso mental lógico en su desarrollo y conste de múltiples movimientos, es decir, que necesitemos pensar durante su ejecución el orden en que deben ser lanzados los movimientos y que de por sentado que el adversario permitirá la ejecución de todos nuestros movimientos.
Analicemos poco a poco los puntos anteriores, profundizando en ellos.
1.-Cualquier técnica realizada como patrón a un ataque no es válida.
Un ataque siempre es indeterminado, las acciones que un agresor puede realizar contra nosotros no pueden ser esquematizadas, la variedad de agresiones es proporcional a la variedad de tipos de agresor, una agresión directa no da opciones de realizar una estrategia adecuada, solo las agresiones indirectas que sigan un esquema del tipo combate cerrado, nos da ciertas opciones de una defensa esquemática. Es decir; solo en el tipo de situaciones de agarres pueden darse (aunque no como norma) esquemas cerrados. En la vida real la acción es mucho más rápida que en los entrenamientos.
Toda agresión lleva consigo una reacción, ningún agresor esperará a que "terminemos" una técnica de patrón como sucede cuando las entrenamos en el gimnasio, sin intentar impedir de forma indeterminada nuestras reacciones a su ataque.
Toda técnica que necesite ser memorizada (no interiorizada) no funciona ante ataques indeterminados, vemos claramente esto en un combate abierto (por ejemplo en combates de A.M.M. entre estilos, no deportivos, donde vemos un incremento de las reacciones naturales ante las técnicas propias del arte o sistema) esto es normal porque la acción es más rápida que nuestros procesos mentales.
*Nota aclaratoria.- Las agresiones en la vida real no vienen precedidas de una posición de guardia, no siguen una dinámica estándar, no nos golpean como nos enseñan en el gimnasio, el agresor tiene muy claro que quiere hacernos daño real, no hay arbitraje, el agresor es un ser dinámico e impredecible.
*Nota aclaratoria.- Las agresiones en la vida real no vienen precedidas de una posición de guardia, no siguen una dinámica estándar, no nos golpean como nos enseñan en el gimnasio, el agresor tiene muy claro que quiere hacernos daño real, no hay arbitraje, el agresor es un ser dinámico e impredecible.
2.- Cualquier técnica demasiado elaborada no es válida.
Siguiendo nuestra primera premisa, la acción es más rápida que la reacción, cualquier técnica defensiva debe ser rápida y directa en el menor tiempo posible, toda reacción provoca una nueva reacción en el agresor, como en una partida de ping pong, el entrenamiento psicomotriz y la memoria muscular no se adaptan a movimientos antinaturales, deben de centrarse por lo tanto las respuestas en movimientos que genere el cuerpo de forma intuitiva y que eviten necesitar del razonamiento lógico (elaborar mentalmente el movimiento) para que éste surja. Cualquier movimiento defensivo (reacción) que necesite de un planteamiento lógico "en el momento" ralentizará nuestra defensa y la hará menos efectiva. En algunos sistemas modernos vemos el énfasis en este apartado, técnicas sencillas y neutralización rápida del agresor minimizando el tiempo de procesamiento mental de las reacciones simplificando estas.
*Nota aclaratoria.- Si realizamos una contra, el agresor no responde como creíamos, hemos confundido la intención del agresor y hemos equivocado nuestra defensa, la rapidez del agresor es mayor que la nuestra aunque carezca de conocimientos "técnicos", el agresor es practicante de otro arte marcial o deporte de contacto, no se mueve como esperábamos.
3.-Los puntos anteriores no se refieren a la estrategia en sí, sino a la mecánica corporal de éstas.
No queremos decir con estos planteamientos que las técnicas utilizadas como patrón no sean efectivas para el aprendizaje, pero si que no son válidas cuando existen multitud de variantes que rompen dicho patrón, como sucede en el combate real que no está sujeto a un marco de entrenamiento. Es decir, para aprender una técnica se necesita un patrón, pero este patrón no debe confundirse con la técnica por lo que una vez aprendida debe ser puesta a prueba bajo un marco indeterminado.
Esto podemos realizarlo por ejemplo poniendo a prueba una técnica ante diferentes tipos de ataques, si no funciona en todos ellos, dicha técnica no es funcional para una situación indeterminada, la técnica debe tener la suficiente capacidad adaptativa para no necesitar que el adversario se comporte de una forma determinada. Las luxaciones son una buena prueba de ellos, la dinámica de éstas (la técnica en si) funciona en una variante de situaciones, mientras que su entrenamiento según un patrón esquemático falla cuando salimos de ese patrón. Vemos este hecho en sistemas de grappling o suelo, enfocados más a la adaptabilidad de una técnica que a la ejecución por patrón de ésta. Es necesario por lo tanto prescindir de patrones y enfatizar la mecánica corporal como base técnica en el aprendizaje.
Esto podemos realizarlo por ejemplo poniendo a prueba una técnica ante diferentes tipos de ataques, si no funciona en todos ellos, dicha técnica no es funcional para una situación indeterminada, la técnica debe tener la suficiente capacidad adaptativa para no necesitar que el adversario se comporte de una forma determinada. Las luxaciones son una buena prueba de ellos, la dinámica de éstas (la técnica en si) funciona en una variante de situaciones, mientras que su entrenamiento según un patrón esquemático falla cuando salimos de ese patrón. Vemos este hecho en sistemas de grappling o suelo, enfocados más a la adaptabilidad de una técnica que a la ejecución por patrón de ésta. Es necesario por lo tanto prescindir de patrones y enfatizar la mecánica corporal como base técnica en el aprendizaje.
Algunos se cuestionaran que la repetición de patrones termina convirtiéndose en acto reflejo, y así es, pero solo en el caso de movimientos naturales y simples, podemos profundizar en esto viendo multitud de combates abiertos de gente con muchos años de entrenamiento en diversas disciplinas (deportivas o no) donde las respuestas dejan de ser tan "técnicas" (de patrón) y se convierten en mas naturales y espontáneas; perdiendo posiciones de guardia, pasos y desplazamientos complejos e inclinándose mas al combate de puños y patadas/grappling del que se hacen eco en las A.M.M. modernas, una muy buena materia de estudio serían los primeros UFC multidisciplinares.
Reiterándonos en el punto 3, esto no significa que las A.M. de patrón no sean efectivas, sino que su enfoque técnico falla en estas situaciones, debiéndose enfocar más el entrenamiento ante situaciones indeterminadas.
Vemos esto si comparamos cualquier A.M. consigo misma en dos áreas diferentes; clases habituales y competición deportiva. Analizando profundamente nos damos cuenta de que al final todo se resume en una pelea de puñetazos, patadas y agarres y que el sistema u arte pasa a un segundo plano, primando la efectividad de la persona (sus cualidades propias) sobre el estilo que practique.
Como vemos el tema resulta cada vez mas complejo a medida que profundizamos en él, y eso sin contar con el individuo que la practique, que es donde realmente va a residir la eficacia como hemos citado otras veces.
Cuando entrenamos con la idea de buscar eficacia en nuestra técnica tenemos que dejar de lado mucho relleno del aprendizaje clásico, enfocar más las situaciones de defensa personal indeterminadas, apostar por entrenamientos intuitivos, naturales y donde se incremente nuestra capacidad creativa y de improvisación. Todo ello sin olvidar nunca que existen multitud de situaciones que no se trabajan a veces quizás por la brutalidad de éstas o por cuestiones de ética, cuando el combate real (situaciones de supervivencia) por desgracia carece de ética o moral. Recordemos que nada tiene que ver entre si la eficacia deportiva, la eficacia en el gimnasio y la eficacia en situaciones reales de alto estrés por la gran cantidad de diferencias que existen entre ellas, es por ello necesario comprender que son campos completamente diferentes un arte marcial, un deporte de contacto y un sistema de defensa personal.
No tratamos con este artículo más que realizar una crítica constructiva, dejando muchas cosas aun que decir en próximos posts, sobre el tema de la eficacia, del que se puedan beneficiar todas aquellas personas que les preocupe esta cuestión en sus entrenamientos. Ya que solo manteniendo una mente abierta y dispuesta a la evolución y la autocrítica podemos mejorar nuestro arte marcial, sistema o deporte de combate.
Reiterándonos en el punto 3, esto no significa que las A.M. de patrón no sean efectivas, sino que su enfoque técnico falla en estas situaciones, debiéndose enfocar más el entrenamiento ante situaciones indeterminadas.
Vemos esto si comparamos cualquier A.M. consigo misma en dos áreas diferentes; clases habituales y competición deportiva. Analizando profundamente nos damos cuenta de que al final todo se resume en una pelea de puñetazos, patadas y agarres y que el sistema u arte pasa a un segundo plano, primando la efectividad de la persona (sus cualidades propias) sobre el estilo que practique.
Como vemos el tema resulta cada vez mas complejo a medida que profundizamos en él, y eso sin contar con el individuo que la practique, que es donde realmente va a residir la eficacia como hemos citado otras veces.
Cuando entrenamos con la idea de buscar eficacia en nuestra técnica tenemos que dejar de lado mucho relleno del aprendizaje clásico, enfocar más las situaciones de defensa personal indeterminadas, apostar por entrenamientos intuitivos, naturales y donde se incremente nuestra capacidad creativa y de improvisación. Todo ello sin olvidar nunca que existen multitud de situaciones que no se trabajan a veces quizás por la brutalidad de éstas o por cuestiones de ética, cuando el combate real (situaciones de supervivencia) por desgracia carece de ética o moral. Recordemos que nada tiene que ver entre si la eficacia deportiva, la eficacia en el gimnasio y la eficacia en situaciones reales de alto estrés por la gran cantidad de diferencias que existen entre ellas, es por ello necesario comprender que son campos completamente diferentes un arte marcial, un deporte de contacto y un sistema de defensa personal.
No tratamos con este artículo más que realizar una crítica constructiva, dejando muchas cosas aun que decir en próximos posts, sobre el tema de la eficacia, del que se puedan beneficiar todas aquellas personas que les preocupe esta cuestión en sus entrenamientos. Ya que solo manteniendo una mente abierta y dispuesta a la evolución y la autocrítica podemos mejorar nuestro arte marcial, sistema o deporte de combate.