El mayor poder es el de realizar preguntas, las respuestas pueden ser
variables, cambiantes, buscar fines diferentes, la pregunta sin embargo es lo
único inmutable y duradero, en cierta forma hay mas verdad en la pregunta que
en cualquier respuesta que nos den. Por ello es más necesario una pregunta
sincera que una respuesta satisfactoria. El error común nace como antítesis a
cualquier pregunta, negando lo que hace que una generación vaya más allá que la
anterior; la duda.
Cuando este error se afianza en el ego de cualquier sistema, transforma al
alumno en un discípulo de un dogma sagrado; la infalibidad del sistema, para
ello se basa en una metodología cerrada donde respuestas y preguntas se han
creado a la vez dentro de un esquema cerrado, sin fisuras que dejen lugar a
dudas y sin opción a la realidad que no puede ser esquematizada por su total
imprevisibilidad.
El sistema de enseñanza del error común siempre sigue el mismo esquema,
unifica donde hay diversificación y estructura donde no hay estructura, busca
dar una visión única que carece de sentido cuando descubrimos la cantidad de
visiones que existen.
El error común huye de la propia experimentación, teme la libertad y busca
anclajes seguros, da prioridad a las herramientas no por su utilidad sino por
su apariencia, todo aquello ajeno al sistema estructurado no es válido y le
resta personalidad al sistema, no se busca en ningún momento el desarrollo
personal del individuo sino es dentro de dicho esquema, sin dar pie a
expresiones genuinas. No crea el arte como método de autoexpresión, sino como
religión que se autoalimenta con cada nuevo alumno, la finalidad no consiste en
hacer crecer al alumno a través del sistema sino al sistema a través del
alumno.
No permite caminos alternativos ni da pie a la duda razonable, para ello
hace uso de líderes o ídolos carismáticos, busca vestirse de conceptos
subjetivos como tradición o eficacia, y si es necesario, elimina la duda del
alumno haciendo uso de la fuerza; donde nace la duda el sistema responde con
una técnica agresiva como respuesta demostrando su validez y golpea, en vez de
solventar, cualquier duda.
Este error tiende a olvidar el aspecto humano, olvida la faceta más animal
del ser humano, aquella donde todo está permitido por el instinto de
supervivencia, de la misma forma no se plantea la entropía que rige un combate
real donde la cantidad de elementos que entran en juego sobrepasa a cualquier
sistema. El error común no tiene época, porque no está sujeto a tradición ni
modas, forma parte del elemento humano que hay tras cualquier sistema, donde se
da prioridad a la palabra del fundador
por encima del sentido común.
Cuando se compara cualquier sistema dogmático, es decir basado en ideas
subjetivas que forman una ley, no hay diferencias entre conjuntos diferentes,
ya sea religión, artes marciales u otros tipos de sistemas, siempre primará por
encima del bien individual los intereses del sistema en cuanto a perpetuarse o
expandirse.
Solo hay una forma de huir del error común; cometer errores.
Cometamos algunos en
forma de preguntas, utilicemos el pensamiento crítico como herramienta de
aprendizaje en nuestro sistema refutando el mismo, podemos para ello
plantearnos dudas razonables como si el sistema que sigo me enseña a defenderme
de un ataque que no puedo prever, estoy
aprendiendo realmente a defenderme de ataques de otros sistemas (para ello
debería de conocer otros sistemas, al menos de forma básica), estoy preparado
para que mi defensa sea neutralizada o da mi sistema por sentado que ésta es
100% segura, me enseña a estar física y psicológicamente preparado para una
derrota o ni se cuestiona esta posibilidad, establece pautas de compensación
psicomotriz; es decir me prepara para seguir defendiéndome o luchando si sufro
un percance importante, cuando un agresor me ataque se comportara como mi compañero de entrenamiento o imposibilitara en gran medida mi ejecución técnica y si es así porque repetir tantas veces dicha técnica en vez de entrenar más a improvisar, y así podríamos seguir cuestionando nuestro
aprendizaje.
Cuando llega el momento
de poner a prueba lo aprendido debemos recordar que ese suceso solo nos
concierne a nosotros, que seremos los que salgamos victoriosos o vencidos, que
haremos daño o saldremos heridos... o peor. El sistema es un ser abstracto, como idea puede ser intocable, nosotros sin embargo seguimos siendo de carne y hueso.
Los grandes "maestros" no fueron grandes por lo que podían hacer, sino por ir un paso más allá que sus ancestros, cada gran maestro que hoy veneramos no hizo otra cosa sino crear nuevos conceptos no seguir otras ideas ciegamente, carece de sentido filosófico tomar sus ideas como un nuevo patrón a seguir.
Duda, investiga, explora nuevos horizontes y nunca des nada por sentado, no busques seguir el camino de otro, crea el tuyo propio.
"Nullis in verba"