Cuando se habla del entrenamiento con cuchillo se suele dar por sentado que el único beneficio que aporta esto es el del aprendizaje de un tipo de arma, ajena a nosotros y por ende, que solo nos aporta un extra más a nuestro arsenal de aprendizaje, o que a nivel técnico nos ofrece una serie de estrategias de defensa ante dicho arma.
Un error muy común es confundir entrenamiento con técnicas, ya que mientras uno se basa en el aprendizaje corporal (memoria muscular) el otro busca más el aprendizaje teórico-práctico, común en la gran mayoría de estilos marciales y de defensa personal.
Cuando hablamos de entrenamiento con cuchillo, el cuchillo deja de ser un "arma" y se convierte en una extensión de nosotros, no es algo ajeno, es parte de nuestro cuerpo, una prolongación de éste.
En los entrenamientos el nivel de enfoque-concentración aumenta en la misma medida que el realismo que posea el arma de entrenamiento, mientras más cerca de la realidad esté, mas beneficios aporta. Es por ello una necesidad el buscar el mayor realismo en este tipo de entrenamientos intentando que desde el primer momento el alumno tenga constancia real de este arma (peso, imagen, textura), entrenando con cuchillos reales sin filo y punta.
Los mayores beneficios a nivel psicofísico son:
1.- Mayor nivel de concentración; evidentemente el miedo a ser "cortados" o "pinchados" en vez de golpeados nos obliga a aumentar la concentración en los ejercicios (que pese a no existir riesgo real con los cuchillos de entrenamiento, se debe concienciar al alumno para que trabaje con ese "miedo")
2.- Los reflejos visuales se ven aumentados debido a la velocidad del arma y la cantidad de variantes de trayectorias que ofrece, debiendo prestar mucha más atención al conjunto corporal del contrincante, agudizando la visión tanto focal como extendida.
3.- Rapidez mental, capacidad de improvisación, memoria muscular. Debemos ser capaces de improvisar constantemente obligando a reaccionar a nuestra memoria muscular y elaborar estrategias a corto plazo, incluso ser capaces de ver la respuesta del adversario antes de que se produzca.
4.- Concepción de una nueva distancia. Este trabajo nos enseña una distancia diferente de combate en la que debemos movernos tanto para atacar como para defendernos, nos ofrece otro tipo de movilidad y reacción física tanto en desplazamientos como en reacciones corporales.
Una ventaja más es que dicho entrenamiento nos lleva a situaciones mas cercanas a la realidad, cuando nos enfrentamos a un contrincante con cuchillo, dándonos cuenta de que no existen ataques preestablecidos y que ante este tipo de agresiones lo más importante es nuestra capacidad de improvisación y de reacción, nos prepara desde el primer momento a concienciarnos de que la realidad de las situaciones en las que existe un cuchillo como arma agresora es indudablemente, y con suerte, algún corte, ya que el agresor no nos sigue "el juego" ni se deja realizar una técnica sin ofrecer resistencia alguna.
El entrenamiento de cuchillo nos ofrece REALIDAD al darnos cuenta de los riesgos ante estas situaciones y al no tomárnoslas a la ligera un ataque o intimidación de alguien que porte un cuchillo.
Ademas, los beneficios adquiridos en estos entrenamientos se extrapolan a cualquier otra actividad, puesto que, dejando de lado el apartado "técnico" estamos mejorando una serie de atributos psicofísicos esenciales, tanto para el combate como para diversos quehaceres.
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