El principal objetivo de nuestro programa es favorecer durante los entrenamientos la autoexpresión, es decir las respuestas naturales y espontáneas del cuerpo, así como la creatividad en el alumnado.
Esto se consigue siguiendo una base de ejercicios basados en la fluidez y naturalidad, y buscando la implicación directa del alumno en ellos, potenciando la creatividad a la hora de buscar aplicaciones a dichos ejercicios. Conocer la mecánica corporal, como funciona nuestro cuerpo y cómo reacciona a determinados estímulos, la capacidad que tiene este para el movimiento, el trabajo de potenciación de atributos físicos como los reflejos, la elasticidad, la fuerza o la potencia, son herramientas básicas para ello.
Nuestro programa no representa una alternativa de “nuevos” movimientos, tan solo buscamos la raíz de estos que radica en la expresión corporal, de ahí que muchos de nuestros movimientos sean característicos de sistemas y artes marciales, siendo más que un recopilatorio una síntesis perfectamente estructurada y con la misma línea a seguir, no se sigue un patrón de trabajo en el que todos hacen lo mismo, sino una didáctica en la que el alumno hace suyo el movimiento.
La autoexpresión es la forma en la cual el alumno se encuentra con su cuerpo y descubre que de la misma manera que cada uno tiene una forma de hablar, también la tiene en la práctica marcial, de forma que aunque todos hablemos el mismo idioma cada cual lo expresa de su particular manera, en esta forma el programa trata de enseñarle el abecedario al alumno y él es el que debe construir las frases, de igual forma el programa no restringe el “vocabulario” del alumnado diciéndole como debe hablar, sino que intenta motivar en él, el conocimiento de otras palabras nuevas (que investigue por su cuenta, que entrene en diferentes estilos o sistemas, que conozca y en definitiva que emprenda su propio camino de descubrimiento).
El arte del movimiento no debe ser solo enfocado a la práctica marcial, la gimnasia, la danza, el deporte general o la mera actividad diaria son fuentes inagotables de conocimiento para esta materia en concreto, mientras más letras conozca el alumno más capaz será de desarrollar su propio vocabulario, de ahí que sea tan importante ver el programa no como un “sistema” sino como una forma de “enfocar” nuestro propio entrenamiento.
Durante el entrenamiento debemos ser capaces de discernir las tres fases de éste, cuando hablamos de autoexpresión marcial; de nuestra propia forma de expresar “no lo aprendido” sino lo descubierto (ya que el movimiento siempre estuvo ahí), las artes marciales mixtas que básicamente nos sirve como herramienta rápida para conocer grosso modo la herramientas de las que disponemos y la parte más explícita de defensa personal, donde los conceptos de combate y el sentido común son las bases fundamentales.
Para poder auto expresarnos libremente debemos ser capaces de “romper” con lo establecido y hacer uso de “todo” sin sentirnos atados a nada, de la misma forma que un escritor aprende a escribir; primero aprende el abecedario, luego el vocabulario, lee, investiga y en un determinado momento descubre que es capaz de crear sus propias historias, el alumno que se acerca al programa no debe buscar el camino fácil de ser un seguidor de una historia escrita por otros, sino de crear la suya propia.
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